Antes que nada, pido disculpas por haber dejado sin
actualizar este blog mucho más tiempo del que hubiera deseado.
Hoy voy a hablar de un principio de curioso nombre y de suma
utilidad en el campo del comportamiento y aprendizaje, de aplicación, como
tantas veces, en animales de cualquier especie, incluyendo humanos, perros,
delfines y, por supuesto, loros.
El psicólogo norteamericano David Premack (1925) enunció,
tras diversos experimentos realizados con ratas, que “aquéllas conductas más
probables refuerzan las menos probables” dando lugar así al Principio de
Premack, de capital importancia en adiestramiento animal y que facilita el
empleo de técnicas avanzadas como el uso inverso de cadenas de comportamientos
(back-chaining). Otra forma de entenderlo es que los refuerzos no sólo pueden ser comida o caricias, sino que una conducta que se percibe como agradable también es un refuerzo.